Cuando era joven, se construyó un hospital en mi comunidad. Era muy cómodo y ofrecía un servicio excelente. Sin embargo, con los años, el hospital creció y le añadieron otras clínicas y servicios. A fin de adaptarlo a este crecimiento, el lugar cambió drásticamente para la construcción de los edificios y aparcamientos. Ahora, las calzadas son estrechas, hay poco espacio para aparcar y algunas áreas están bloqueadas por barricadas de cemento. Cuando hacen entregas de nuevos equipos, como ocurrió mientras estaba allí hace unos días, cortan las calles de acceso mientras el personal descarga los camiones. Me gusta el hospital, pero usarlo se ha convertido en una experiencia penosa.
A lo largo de los años, he tenido la misma sensación con el software de diseño de circuitos impresos. Tenía un conjunto de herramientas con las que me encantaba trabajar, pero las compraba otra empresa que las combinaba con sus propias herramientas. Pronto, incorporaban nuevas funciones y características para conectar las antiguas herramientas a los otros sistemas que ofrecía el nuevo proveedor. El progreso es bueno, pero perder la facilidad de uso y la funcionalidad a las que estaba acostumbrado a cambio de conseguir una «megaherramienta» era contraproducente. ¿Te ha pasado también a ti? En tal caso, lo que viene a continuación probablemente te suene conocido.
A menudo, cuando una empresa de software compra el software de diseño de otra, lo hace para cubrir una laguna en su línea de herramientas. Esto sucede con frecuencia, pero puede ser un fastidio para los usuarios de las herramientas originales. Pronto, las nuevas versiones de las herramientas incluyen nuevas características para combinarlas con la funcionalidad de las herramientas de la nueva empresa matriz. Si no necesitas esas nuevas características, o si ni siquiera te gustaban desde el principio, te encuentras con que tus herramientas preferidas no van en la dirección que quisieras.
Esto supone, normalmente, cambios en las interfaces de usuario con las que has trabajado durante años. Los cambios, a menudo, son sutiles al principio, pero se van haciendo más palpables con el tiempo. En más de una ocasión he oído decir a los ingenieros de la aplicación que no hay por qué preocuparse, que la funcionalidad básica no se verá afectada por la fusión. Aún así, meses más tarde, todo empieza a cambiar y necesitas cambiar tú también para adaptarte.
En momentos de apuro, no quieres tener que preocuparte de si tus herramientas de diseño cambian.
El incordio de tener que volver a aprender a usar tu herramienta de software preferida no es siquiera comparable con la rabia que he sentido cuando las herramientas han dejado de funcionar como solían. A veces, incluso, las herramientas han dejado de funcionar cuando ha habido problemas de compatibilidad entre las herramientas antiguas y los nuevos sistemas. Después de una serie de iteraciones de corrección de errores y actualizaciones de software, estos problemas a menudo se resuelven, pero no sin pasar antes por procesos de conversión adicionales u otras soluciones. La simplicidad de un proceso de diseño a veces se pierde por la necesidad de hacer que las viejas herramientas funcionen en el marco del nuevo sistema.
En ocasiones, la dirección tomada por el nuevo proveedor de software ha desbaratado mi proceso de diseño. En un momento de mi carrera, estaba trabajando con un conjunto de herramientas de diseño que fue adquirido por otro proveedor y cuya funcionalidad integraron en sus herramientas existentes. Mientras recibía formación sobre las nuevas herramientas, pregunté al instructor por qué un determinado proceso para manipular la presentación ya no estaba disponible, y la respuesta que me dio fue sorprendente: «¿por qué quieres hacerlo de esa forma si nuestro método es mucho mejor?». Aparentemente, al nuevo proveedor de software no le preocupaba mucho la opinión de los usuarios que estaban acostumbrados a una determinada forma de trabajar en el entorno de diseño y, simplemente, lo «hizo desaparecer». Como se dice habitualmente, si no hay necesidad, no compliques las cosas.
Diseños como este necesitan un conjunto de herramientas potentes con una base sólida.
He descubierto que la manera de evitar el estrés y la angustia que provocan estos tipos de problemas consiste en permanecer fiel a un proveedor que haya construido sus herramientas desde la base para que funcionen juntas. Las nuevas funciones o características se gestionan cuidadosamente para que su incorporación al sistema de diseño no interfiera con el flujo de trabajo al que están acostumbrados los usuarios.
Al trabajar con herramientas así, se evita el estrés de preguntarse qué cambiará más tarde, y las nuevas funciones y mejoras contribuyen a aumentar la productividad del usuario, en lugar de reducirla. Los componentes, las reglas de diseño, la captura esquemática y el software de composición están listos para que el ingeniero de diseño pueda avanzar, sin vacilar. Asegúrate de que cuentas con software capaz de mantener los componentes de los circuitos electrónicos.
El software de diseño de PCB que utilizamos es Altium Designer. El equipo de ingeniería de Altium ha hecho un trabajo fantástico a lo largo de los años, asegurándose de que el desarrollo y los cambios en las herramientas son parte de la evolución natural del sistema de diseño. Esto nos proporciona el tipo de herramientas en las que podemos confiar para atender a nuestras necesidades de diseño a diario, así como para mantener actualizada la información sobre los componentes. Busca un software de composición que no tenga una curva de aprendizaje marcada.
Si trabajar con un sistema de diseño potente como este te parece una alternativa mejor que la pesadez de las herramientas que utilizas actualmente, habla con un experto de Altium hoy mismo.